Entrevista en Público

Público ha publicado una entrevista que me hicieron hace unas semanas. Ya que tengo blog me permito puntualizar algunas cosas que seguramente por falta de espacio han quedado un poco tajantes.

Sergio Monge en la entrevista para Público - Ordenador y Libro de Texto

Primero. La calificación de mi tesis doctoral ha sido Sobresaliente por Unanimidad y no Sobresaliente Cum Laude como declara el artículo. El artículo dice que la defendí delante de un tribunal de la Universidad del País Vasco. Los tribunales de tesis no pueden contener más de tres miembros de la misma universidad ni más de dos del mismo Departamento. En mi tribunal había un Doctor de la Universidad Autónoma de Barcelona y otro de la Jaume I de Castellón.

Segundo. El tema de mi tesis es “La escuela vasca ante el cambio tecnológico (1999-2004).” Algunos comentarios apuntan que lo que yo sugiero ya se está haciendo en Andalucía. Es posible. E incluso parte de las recomendaciones podría estar poniéndose en práctica tambien aquí. Las conclusiones son válidas para la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y para el período 1999-2004. Sé que el artículo dice que considero que mis conclusiones son extrapolables, pero lo que yo dije realmente es que algunas de las conclusiones podrían ser extrapolables a otros lugares: la necesidad de cambiar el rol del profesor, de “almacén de conocimiento” a “facilitador”, la necesidad de repensar las necesidades de la sociedad con las tecnologías actuales… Las cuestiones administrativas propias de la CAV (que no tengan una única instancia para coordinar la implantación TIC, por ejemplo) evidentemente no son extrapolables.

Tercero. Para contestar a opiniones vertidas en los comentarios. Mi posición (discutible, como todas) no es que la culpa de la lentitud de la implantación de las TIC en el sistema educativo la tengan los profesores. Tampoco la tiene la carencia de medios (falta de ordenadores). El problema principal es que las TIC están generando cambios muy rápidos en nuestra forma de entender el conocimiento pero los esquemas bajo los que está construido nuestro sistema educativo son de hace 100 años. Nuestro sistema está diseñado para que los alumnos memoricen conceptos y mantengan un almacén mental de conocimientos que les vuelven personas “cultas” para nuestros estándares sociales. No obstante, en la actualidad tenemos tantas fuentes de información accesibles que la persona culta no es la que ha memorizado todo el conocimiento disponible (algo que ya resulta imposible) sino la que es capaz de tomar un tema, documentarse sobre lo que se ha escrito sobre él y desarrollar su propia opinión crítica. Buscar información, analizarla, saber contextualizarla y reelaborarla de un modo crítico es mucho más relevante en nuestra sociedad que memorizar hechos o conceptos.

Cuarto. El problema más acuciante que tiene la introducción de las TIC en la enseñanza secundaria es el sistema de evaluación. Y dentro de los sistema sde evaluación, el máximo exponente: la selectividad. Está claro que estos sistemas de evaluación son hijos directos del curriculum (la necesidad de introducir las TIC apropiadamente en él es una de las conclusiones de mi tesis que no aparece reflejada en la entrevista), tal y como apunta Coquejj en los comentarios. La idea fundamental es que los nuevos medios carecen de utilidad para trabajar las destrezas que exige el viejo curriculum (memorizar, memorizar, memorizar). Por lo tanto, son vistos (con razón) como un estorbo par alcanzar los objetivos que se realmente se evalúan, por ejemplo, en el examen de selectividad. Además de repensar el papel que juegan las tecnologías en nuestra sociedad y el modo en que han transformado el conocimiento, es necesario que los sistemas de evaluación cambien para adaptarse a la nueva manera de entender el conocimiento. Y mientras los sistemas de evaluación no cambien, los ordenadores serán mirados con suspicacia por los docentes, como un estorbo para el cumplimiento de sus obligaciones “reales”.

Quinto. Alguno de los comentarios sugiere que la universidad es endogámica porque acabo de leer la tesis y ya estoy dando clases en la misma. Estoy haciendo una sustitución, cubriendo una excedencia a tiempo parcial (un contrato de 6 horas semanales) en mi departamento. El año anterior (antes de leer la tesis) ya había realizado otra sustitución. Sin embargo es una deducción causa-efecto un tanto peculiar. Mi objetivo al escribir la tesis era mejorar mis posibilidades de entrar en la docencia universitaria. Desde luego, la única razón por la que una persona cuerda y cabal haría una tesis doctoral en mi campo, salvo que tenga mucho tiempo libre y alguna afición extraña por el academicismo, es dedicarse a la docencia universitaria. Llevo varios años dedicado a cumplir con los distintos méritos que son necesarios para acceder a la profesión de docencia universitaria. La universidad será endogámica, no lo niego, pero mi trabajo me cuesta hacer valer esa “endogamia” y aún no tengo un puesto fijo.

Sexto. Alguno de los comentarios aduce que la clave de la integración de las TIC está en el profesor, que si el profesor no cambia no habrá integración. Pues bien, el profesor no es sino una pieza del engranaje del sistema educativo. Los “profesores que cambian” y tratan de integrar las TIC encuentran un entorno hostil en el Curriculum, en los sistemas de evaluación e incluso entre sus propios compañeros. No podemos dejar que la responsabilidad de la integración TIC recaiga sólo en el docente.

Séptimo. La educación en TIC no es un desastre. Tampoco es cierto que nadie trabaje en ello. Hay decenas (por no decir centenares) de iniciativas desde las administraciones educativas. Simplemente no van todo lo rápidas que nos gustaría. Pero sobre todo porque aún no nos hemos parado a reflexionar hastá que punto cambia nuestra sociedad con la introducción de las tecnologías. Malamente vamos a decidir cual será el modo más apropiado de introducirlas en el sistema educativo.

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